Blog de la Fundación FACUA y la Fundación Ciudadana por un Consumo Responsable para la colaboración y el intercambio entre las organizaciones de consumidores de América Latina, el Caribe y Europa

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Cada día surgen nuevos términos o frases, sobre todo en el campo tecnológico y educativo para llamar o catalogar a ciertos fenómenos que tienen influencia en la sociedad actual. Así aparecieron los trendings topics, web challenges y últimamente la phygital experience en el rubro del comercio. Pero, hace poco escuche decir a un colega; las actuales generaciones se han vuelto tan adictas al contenido de internet que han llegado hasta el “brainrot”. ¿El brainrot, me pregunté? Y luego de ahí, con la curiosidad innata de todo periodista, empecé mi investigación para escribir lo que ahora lees. 

El brainrot, no es más que una frase para decir que una persona está “podrida o jodida” de la mente por el contenido de poco valor al que está expuesto de manera continua y de forma online y los efectos que esto provoca, como llegar a hablar casi exclusivamente con referencias de internet. En este apartado las redes sociales como TikTok, Instagram y X, se llevan el primer lugar en El Salvador, además de los juegos en línea y el contenido para adultos.

El término “brainrot”, que apareció en internet en 2007, aumentó su popularidad al ser relacionado con el reconocimiento creciente de un trastorno que los investigadores del Hospital Infantil de Boston en Massachusetts, han denominado como “uso problemático de los medios interactivos”. Un fenómeno que se da cuando el sujeto traslada su conciencia al espacio en línea en lugar de la vida real, y filtra todo a través del lente de lo que se publica y lo que se puede o no publicar en la web.

Taylor Lorenz, autora del libro: Extremely Online: The Untold Story of Fame, Influence, and Power on the Internet, y columnista del Washington Post explica que el «brainrot», que significa «cerebro podrido» en inglés, era un sinónimo de «cerebro descompuesto» y que ambos términos se aplican a aquellos sujetos que han sido tan distorsionados por lo que ven en línea, que han perdido la capacidad de funcionar en el mundo físico.

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