Indudablemente los conceptos de consumo y educación forman parte de la ecuación del desarrollo del ser y del estar que nos caracteriza como humanos.
Diversos compañeros/as de este Blog han redactado como podría ser el equilibrio perfecto de este binomio para llegar a resultado exacto, y en este caso queremos seguir planteando el desarrollo, como si de una ecuación matemática se tratase.
Atentos a la finalización del curso escolar, al menos en España, se está presentando por costumbre en muchas familias, elogiar el esfuerzo de los pequeños/as con ostentosos regalos, dejando de lado las muestras de orgullo, felicidad y satisfacción mediante EL AFECTO Y LA COMUNICACIÓN, tan preciado por el ser humano, dándole protagonismo al materialismo. Aquella frase de “Que orgulloso/a estoy de ti” o compartir momentos que creen emociones difícilmente de olvidar, se está quedando en el fondo de algún cajón.
No tomemos por acertada la idea de que premiar el esfuerzo con algo material es una medida para contribuir en el desarrollo personal y satisfacer una necesidad. Nos excusamos en esta idea nuestra, de sentimiento capitalista y consumista, en el que apreciar y valorar lo material nos hace olvidar la importancia de tomar conciencia del valor del esfuerzo, del aprendizaje, de la constancia; excusándolo como símil al beneficio que los adultos obtenemos en el desempeño de nuestra actividad laboral.
Aún recuerdo cuando niña, varios finales de curso, cuando le pedía a mis padres un estuche que por aquel entonces era de última generación, varios pisos de colores, rotuladores, reglas…tenía en su interior casi de todo y además las imágenes publicitarias lo indicaban como lo más molón, y como muchos recordamos en las redes actualmente, estaba catalogado como de privilegiados. Ciertamente, nunca llegó de manos de mis padres por aquellas buenas notas que yo me esforzaba por traer:
–“Tu responsabilidad es aprender y nosotros de acompañarte”- era la respuesta que obtenía.
Hoy en día, le agradezco como persona y profesional de la educación, el valor de aquella acción. Finalmente lo conseguí como premio de un certamen de redacción, intensificando con ello el valor.
-¿Qué potenciamos con este tipo de acciones?
- Materialismo y consumismo (tipos de recompensas): este tipo de respuesta familiar, se ve reforzada por la intensificación de campañas publicitarias, con el objetivo bien marcado, sobre nuevos juegos para videoconsolas, juegos específicos para la época estival….llenos de color y dinamismo, haciendo participes a los más pequeños/as del marketing manipulador que convierte a este bien material en un elemento de su pirámide de necesidad. Desde edades muy tempranas atrapados en las telarañas de los medios de comunicación y de esta sociedad marcada por el capitalismo y materialismo.
Si damos respuesta al estado emocional que estas campañas generan, estableciendo el lazo de unión al resultado y recompensa del esfuerzo llevado a cabo, estamos reforzando el patrón cultural, en el que el materialismo se vuelve centro de nuestro ser.
Como sugiere Rindfersch, 1997, los valores materialistas se asocian a una posibilidad de baja autoestima, posibles situaciones de insatisfacción, y un insaciable deseo por obtener más; convirtiéndose en sustitutos inadecuados de las relaciones interpersonales.[i]
- Frustración: la frustración es la emoción que damos como respuesta a la insatisfacción de un deseo, una necesidad, y cuya respuesta suele ser la ira, la decepción, la ansiedad.
La tolerancia a la frustración es un aprendizaje en el que la familia juega un papel esencial desde muy temprana edad. El egocentrismo, la falta de empatía, la impaciencia son conductas características de la etapa infantil y el aprendizaje que se genera desde el entorno familiar, escolar y social son la esencia y la base para una vida adulta.
- Distorsión en la escala de necesidades:
Maslow, en su conocida obra “Una teoría sobre la motivación humana” de 1943, y que posteriormente amplió, estableció la pirámide de las necesidades humanas. En ella cinco niveles estructuran las necesidades que deben ser cubiertas en el ser humano para llegar a la determinación del propio ser.
La idea es que el crecimiento del SER de una persona tenga sentido ascendente, es decir, pasamos a escalones superiores cuando los más inferiores han sido satisfechos. Eso no implica que con determinadas acciones pueda existir regresión y distorsión hacia nuestra determinación del SER.
Las campañas de marketing y publicidad juegan con nuestras escalas de necesidades, afianzadas en este caso que nos ocupa, a las necesidades de afiliación y reconocimiento, ambas estrechamente ligadas a la se seguridad.
Fortalecemos con ello la emoción de reconocimiento, de afecto, de éxito en el grupo con la atribución material de deseo y no de necesidad: el respeto ante el grupo de iguales por poseer aquello que es tan ansiado por todos, pero de una forma distorsionada a lo que es en realidad.
- Evasión de responsabilidad: El sentido de la responsabilidad debe ser inculcado desde etapas muy tempranas tan cruciales y significativas en el desarrollo evolutivo del ser humano. Fomentar la capacidad de decisión y analizar las consecuencias de las mismas, no debe verse pixelado por el chantaje emocional que puede representar al sucumbir al deseo consumista de obtener una recompensa material ante lo que significa una obligación atendiendo a su etapa de la vida.
El aprender es una oportunidad de autorrealización y autoconocimiento; al mismo tiempo que se afianzan otros valores y capacidades necesarias para la vida adulta: respeto, capacidad de organización, capacidad de decisión, autoconfianza, aceptación de las consecuencias de las decisiones, y un sinfín…
En esto debemos centrar nuestro trabajo como familias, olvidando por un momento los impulsos de esta sociedad del S. XXI; no apoyando que busquen la felicidad en lo material, sino centrando nuestros esfuerzos en darle valor a lo verdaderamente lo tiene: EL AFECTO Y LA COMUNICACIÓN.
[i] Rindfleisch, A., James, B. y Denton, F. (1997, marzo). Family Structure, Materialism, and Compulsive Consumption. Journal of Consumer Research, 23(4), 312-325. Citado en Materialismo y consumo. Pensamiento & Gestión, núm. 46, pp. 1-4, 2019. Fundación Universidad del Norte – Barranquilla, Colombia
Sonia Bueno López
Pedagoga & Coach Educativo y Mediadora Escolar – Familiar
Responsable de la Escuela de Formación de la Fundación FACUA.
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