El mercado es el contexto en donde tienen lugar los intercambios de productos y servicios. Es donde se llevan a cabo las ofertas, las demandas, las compras y las ventas, y tiene su origen en la antigüedad, incluso antes de la aparición del dinero. En aquellos momentos las transacciones se hacían en base a intercambios de productos o de materia prima. Con la aparición del dinero el mercado evolucionó hasta lo que conocemos hoy en día.
Los partidarios de neoliberalismo económico nos dicen y defienden que los precios de los bienes y servicios son fijados por la oferta y la demanda, y con ello se contribuye a la distribución de la riqueza. La realidad, sin embargo, nos dice que esto no es así y todo demuestra que el mercado por sí solo no establece siempre los precios en función de la oferta y la demanda y no contribuye a dicha distribución de la riqueza. Lo que sí provoca son desigualdades e injusticias, así como abusos contra los derechos e intereses de los consumidores y usuarios, que siempre son la parte más débil del mercado.
Para enfrentarse a dichos abusos e injusticias, las organizaciones de defensa de los consumidores deben intervenir en el mercado y tratar de equilibrar con su acción los intereses entre los productores y distribuidores y los consumidores de bienes y servicios. Para que valoremos una manera de intervenir en el mercado, creo que puede contribuir al debate y a la reflexión el presentar las experiencias de FACUA-Consumidores en Acción, una organización española que viene trabajando en defensa de los intereses de los ciudadanos en su calidad de consumidores y usuarios de bienes y servicios desde 1981.
FACUA es una organización de consumidores independiente de todos los partidos y gobiernos. Pero esto no significa que se trate de una asociación apolítica o que no haga actividades que tienen que ver con la política que afecta a los consumidores y usuarios, es decir, a todos los ciudadanos; ya que en FACUA se sigue la máxima del gran poeta español Antonio Machado: “Haced política porque si no lo hacéis alguien la hará por vosotros y probablemente contra vosotros”.
Antes que nada, hay que destacar que FACUA es una asociación de la sociedad civil regulada por la Ley Orgánica reguladora del derecho de Asociación y, además, por sus características específicas, está registrada también como asociación de consumidores al amparo de lo establecido por el Texto refundido de la Ley para la Defensa de los Derechos de los Consumidores y Usuarios y otras normas complementarias.
En el caso de los partidos políticos, éstos se regulan por la Ley Orgánica de partidos políticos y su acción política tiene la finalidad de tratar de asumir las responsabilidades de legislar y de gobernar, pidiendo a los ciudadanos su apoyo para realizar sus programas electorales o sus propuestas desde la oposición.
Esta clara diferencia entre las finalidades de los partidos políticos y las organizaciones sociales no puede llevarnos a la creencia de que los partidos políticos son los únicos legitimados en nuestro país para realizar actividades políticas. Por ello, FACUA y el resto de las organizaciones que conforman la sociedad civil están legitimadas constitucionalmente en España para desarrollar actividades que son claramente políticas en el uso de la libertad de expresión y de asociación, como puede ser el enfrentarse a la subida injustificada de los precios, defender una sanidad y educación públicas de calidad, defender la construcción de viviendas sociales y estar en contra de los monopolios que impidan la libre competencia, así como en otras muchas materias que pueden calificarse de actividades políticas.
¿FACUA puede ser calificada de organización política?
Si FACUA desarrolla actividades que son claramente políticas, ¿eso la hace comparable a los partidos políticos? A esta pregunta hay que responder que no puede ser comparable por lo indicado anteriormente: las actividades de los partidos políticos tienen finalidades y formas de actuar distintas a las de FACUA y el resto de las organizaciones sociales, aunque debe quedar claro que el monopolio de las actividades políticas no la tienen ni la deben tener los partidos políticos.
Junto con esta respuesta, tenemos que señalar de manera clara que el ser independientes de los partidos políticos implica que FACUA no puede ni debe ser neutral ante las actuaciones políticas, económicas o sociales que realicen o desarrollen los partidos políticos, ya sea desde el Gobierno o desde la oposición. Dicha actuación, que ha sido una máxima de esta asociación, nunca debe seguir consignas de ningún partido político ni de ningún gobierno.
FACUA siempre debe tomar sus decisiones en sus órganos de gobierno y pensando única y exclusivamente en los intereses de los consumidores y en contribuir a tratar de equilibrar, en la medida de lo posible, los intereses enfrentados en el mercado, que siempre son favorables a la parte más fuerte del mismo, es decir, productores y distribuidores de productos y servicios.
La intervención de FACUA en el mercado
Entre las actuaciones realizadas por FACUA para defender los intereses y derechos de los consumidores que pueden tener carga política está sin duda la intervención en el mercado. Esta intervención se realiza, en la medida de lo posible, para aumentar la fuerza de los usuarios frente al enorme poder de productores y distribuidores.
Como se ha indicado ya, los partidarios del neoliberalismo insisten en defender que el funcionamiento de un mercado libre provoca por sí mismo la distribución de riquezas y garantiza la prestación de servicios a la sociedad y por ello, consideran que el Estado no debe intervenir, o debe hacerlo al mínimo, en su regulación y control. Sin embargo, esto es totalmente falso y en el caso de España, que se denomina como un estado social y de derecho, la Constitución obliga al poder legislativo y ejecutivo a intervenir regulando las relaciones de mercado entre los productores y distribuidores de productos y servicios y los ciudadanos que adquieren o contratan los mismos, y evitar así situaciones en las que se vulneren las leyes aprobadas y los derechos de los consumidores o cuando se producen actuaciones empresariales que atenten contra la libre competencia.
El mercado no es únicamente un fenómeno neutro que da lugar a una descripción técnica dentro del análisis microeconómico, ya que también representa, en el plano macroeconómico, una forma de sistema económico que provoca la desigualdad, la pobreza y la explotación de los trabajadores en el mundo, es decir, el sistema capitalista de producción y consumo.
FACUA, desde su origen, viene interviniendo en el mercado de múltiples maneras, y cada vez que lo hace utiliza las vías jurídicas o constitucionales y logra así más resultados para la defensa de los derechos e intereses del conjunto de la parte más débil del mercado, que no es otra que los consumidores.
La tramitación de denuncias de los consumidores y consumidoras
En 2020, FACUA y sus organizaciones territoriales atendieron 106.518 consultas y reclamaciones presentadas por los consumidores, a la vez que presentó 143 denuncias de oficio a iniciativa de la propia organización, que fueron dirigidas a las empresas y gobiernos y también ante los tribunales de justicia, logrando solucionar una buena parte de ellas.
Las reclamaciones colectivas que afectan a muchos ciudadanos tienen efecto demostrado, porque con ellas se influye a medio plazo en los comportamientos de las empresas y se va logrando la mejora de las prácticas comerciales de éstas. Las reclamaciones de tipo individual, por otro lado, también logran resolver cientos de problemas concretos que sufren los consumidores y usuarios.
Con dichas denuncias se puede provocar también que las administraciones públicas intervengan y, además de lograr sanciones a las infracciones que se cometen por las empresas -aunque dichas multas son menores de las que deberían imponerse-, también se pueden lograr cambios en la normativa legal para proteger mejor a los consumidores.
Las empresas saben también que la intervención de FACUA frente a sus abusos les afecta económicamente al perder clientes. Así, se va produciendo progresivamente un empoderamiento de los propios ciudadanos que entienden como posible enfrentarse contra a los abusos y comprueban que FACUA es una herramienta o un instrumento que está a su servicio para que ellos tengan más fuerzas en el mercado.
Complementariamente al diálogo que FACUA mantiene con las empresas para facilitar la solución de reclamaciones por la vía de la mediación, que siempre hace junto a los consumidores, la asociación utiliza la denuncia, la presión social, los medios de comunicación y las redes sociales, porque está demostrado que solo con la presión social se logran resultados positivos para los ciudadanos.
Otra manera de presionar en el mercado es a través de los análisis comparativos y controles de productos y servicios para poder informar a los consumidores y usuarios sobre precios, prestaciones o calidades, a la vez que se pregunta a los consumidores sobre el comportamiento de las empresas.
Dada la buena imagen y el alto nivel de popularidad de FACUA, que cuenta con cerca de 250.000 asociados entre los de pleno derecho y adheridos, una buena parte de las empresas tienen en cuenta nuestros análisis y controles para no perder imagen comercial, lo que también puede contribuir a que exista una mayor competencia entre las mismas.
Para finalizar, hay que señalar que la presencia de FACUA en los medios de comunicación y en las redes sociales denunciando los abusos que se producen en el mercado provoca que las empresas valoren que esa actividad sistemática influye en el comportamiento del consumidor a la hora de comprar o contratar un servicio y puede conllevar que las empresas se vean afectadas en sus ventas. La presencia de FACUA en los distintos medios de comunicación ayuda también a que la organización sea cada vez más un contrapoder en el mercado y se puedan mejorar las ofertas de productos y servicios.
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Paco Sánchez Legrán. Presidente de la Fundación FACUA