El último informe de la ONU relacionado con la crisis alimentaria afirma que los planes de disminución del hambre en el mundo, propuesto en la agenda 2030, ha sufrido un gran revés con motivo de la pandemia, ahora fortalecido con las restricciones implicadas en la guerra entre Rusia y Ucrania.
Este retroceso significa que 828 millones de personas pasan hambre en el mundo, y en nuestra región se sumaron 4 millones de personas más, para un 7.4%, entre 2020-21. El informe divulgado el 7 de julio del 2022 es bastante revelador de lo que padece el mundo, lo que nos invita a reflexionar en la necesaria ayuda que necesitan los consumidores más vulnerables para ejercer el supremo derecho a la sobrevivencia.
El informe sobre el estado de seguridad alimentaria y nutrición en el mundo precisa que se han sumado 150 millones más de personas a las cifras de hambrientos desde el inicio de la pandemia de COVID 19 en el 2020.
La cadena de suministro sigue en crisis, se evidencia escasez de productos, sobre todo en aquellas economías que dependen de las importaciones. La CEPAL, en su último informe, precisa que América Latina y el Caribe no estaba preparada para la crisis y vaticina que tendremos menos crecimiento, mayor inflación y aumento de la pobreza.
La guerra entre Rusia y Ucrania siembra la incertidumbre. Ambas naciones son proveedoras de cereales, petróleo, fertilizantes entre otras materias primas importantes para la producción de alimentos lo que se traduce en incertidumbre y pocas posibilidades de predecir qué hacer en los próximos meses y años inclusive.
Ante este panorama urge utilizar herramientas, como las del consumo inteligente. Nos obliga. Incluso, a revisar la agenda, cambiar los planes y aterrizar a la realidad como forma de que surja entre todos la idea y la concreción de alternativas para hacerle frente a la crisis que vivimos y que no sabemos cuándo será su final. Todo es impredecible.
Lo único cierto es el vaticinio de los organismos internacionales de monitoreo: estamos en la antesala de una hambruna. Pero contamos con esta excelente herramienta para enfrentarla-la información- y se abre la posibilidad de que surjan oportunidades de esta crisis, debemos pensar en cuales serían.
El consumo inteligente implica utilizar los recursos que están a nuestra disposición y usarlos de tal manera que no ocasione daños a la economía familiar, al medio ambiente y garantizar el equilibrio nutricional de nuestras familias.
En las crisis las prioridades cambian, de manera que debemos propiciar acciones que podemos implementar. La prioridad de todo ser viviente es continuar viviendo, la alimentación es la primera necesidad de los seres vivos, de modo que consumir alimentos de manera inteligente nos llama a enfocarnos en la búsqueda de nutrientes y micronutrientes que permitan una alimentación sana.
Entre las sugerencias que han hecho lo organismos internacionales están las de fortalecer la producción agrícola; podríamos implementar los huertos caseros, las siembres de ciclo cortos, volver a la agricultura familiar, intercambiar productos, las familias con patio criar sus propias gallinas que a su vez le proporcionarán huevos, ambas aportan proteínas de alta calidad, consumir frutas y vegetales. Si escasean los cereales prescindir al mínimo de ellos, cambiar los hábitos alimenticios hasta donde nos sea posible, consumiendo lo imprescindible para mantenernos en pie.
Debemos recordar que el ecosistema está diseñado para proveernos los bienes necesarios para preservar la vida, de manera que pensar los alimentos como nuestra medicina, evitar enfermarnos porque los medicamentos son otros de los insumos que han experimentado alzas en los últimos dos años.
Los problemas complejos tienen soluciones sencillas, así aprenderemos a ser resilientes, porque debemos seguir viviendo contra vientos y mareas. Que esta crisis no comprometa nuestros deseos de vivir y disfrutar la esperanza.
Y como decía la poetisa chilena Gabriela Mistral: “Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú. Donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú. Donde haya un esfuerzo que todos esquivan, hazlo tú. Se tú el que aparta la piedra del camino”.
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Altagracia Paulino. Abogada y periodista de Republica Dominicana. Presidenta del Observatorio Nacional para la Protección del Consumidor (ONPECO). Ex directora de FUNDECON y PRO CONSUMIDOR.