Hace unos días conversaba con un amigo acerca de cómo la comunicación personal ha venido cambiando con el tiempo y de cómo en los últimos años; con la innovación tecnológica se ha dado un vuelco, que aún en lo particular, no sé si es para bien o para mal; el lector tendrá sus propias conclusiones.

Uno de los aspectos que acaparó la plática fue el cambio en la codificación del mensaje y el medio por el cual se transmite, dependiendo de quien lo emite. Algunas personas, sobre todo mayores, aún prefieren el “face to face” o hacerlo de manera verbal si utilizan un teléfono; pero la mayoría, el resto, ahora gustan más por la comunicación “muda”; un mensaje de texto, una reacción, un emoticón o un gift; limitando el mensaje a la interpretación que pueda hacer su receptor.

La llamada “Generación Mute” o generación muda, deja a un lado la comunicación oral para dar paso a la comunicación escrita instantánea; que ya se ha asentado como uno de los canales primordiales de comunicación. Hay cifras de investigaciones recientes que ya hablan de cómo el uso diario de la mensajería instantánea casi duplica al de llamadas por celular y fijo, e incluso se impone de manera drástica a la comunicación en persona.

Las plataformas de mensajería instantánea como WhatsApp o Telegram, Signal o Viber se han convertido para la sociedad actual en una necesidad para no quedarse aislado de sus actividades diarias, ya sea laborales, académicas, de negocios, entretenimiento e incluso familiares; no estar “conectado” puede ser contraproducente en ciertas ocasiones y estarlo puede hasta salvarte la vida.

¿Te has preguntado cuántos mensajes envías al día? o ¿Cuándo fue la última vez que hiciste una llamada para resolver una duda? Seguramente la respuesta te sorprenderá, sobre todo si la interrogante se la haces a alguien entre 14 y 35 años, un segmento en el cual esta tendencia de la mensajería instantánea, está más arraigada.

Hay dos premisas básicas para que los seres humanos hoy no queramos hablar a la hora de comunicar un mensaje; ahorrar tiempo y hacer el mínimo esfuerzo en el proceso son las grandes razones, lo que podría deberse a la vida agitada en la cual nos vemos inmersos.

Otro dato importante y que llama la atención es el hecho que actualmente el 32% de las empresas en Latinoamérica utilizan la mensajería instantánea en sus estrategias de comunicación y otro 18% también las usa para interactuar con otras organizaciones. Convirtiendo los mensajes instantáneos en una solución más rápida e intuitiva. En otras palabras, el mundo “formal” también está dejando de lado la comunicación “formal”; las cartas, informes, memorándums, y otros documentos físicos, de manera rápida han dado paso a nuevos formatos, bajo la misma regla; menos tiempo, menos esfuerzo.

Caso aparte y para otro artículo, será el análisis de cómo también rápidamente se ha perdido el contacto personal y como la virtualidad volvió a muchos, seres asociales, enemigos de lo colectivo y amantes del individualismo.

La última pregunta de la plática con mi amigo, y que también la lanzo al lector, es ¿Hasta dónde podremos llegar, en la transformación de los procesos comunicativos? Algunos estudiosos ya se atreven a decir que muy pronto las nuevas generaciones ya no podrán escribir gráficamente con un bolígrafo, la niñez irá perdiendo esta habilidad y el único instrumento para hacerlo será el teclado de un celular inteligente.

_________________________

Amílcar Durán. Periodista y Comunicador Social de El Salvador. Docente Universitario. Especialista en producción audiovisual. Escritor. Responsable en Comunicaciones de la Fundación Ciudadana por un Consumo Responsable (FCCR)