Las conversaciones entre comunicadores muchas veces suelen llevarnos casi siempre a abordar fenómenos sociales que a partir de su complejidad nos presentan la disyuntiva de estar de acuerdo o no sobre el tema, sin medias tintas o puntos tibios.

Este es el caso de un tema planteado en medio de una platica entre colegas al preguntarnos ¿Estamos viviendo en este momento en la sociedad más individualista de la historia? ¿El internet, las redes sociales y la virtualidad, nos han acercado o alejado de los demás?

Por una parte, no podemos ignorar que a partir de la socialización de la web como una “aldea global” el ser humano se dio cuenta que hoy el mundo es cada vez más pequeño, figurativamente hablando, ya que podemos acceder a una cantidad ilimitada de información, personas y lugares por medio de un dispositivo tecnológico fijo o portátil, que se ha venido transformando a lo largo de estos últimos años en el “centro integral de la vida personal” de cada quien.

Esto conlleva muchas veces a facilitarte la vida, porque ya no tienes que ir de manera constante cuando necesitas un trámite bancario, que hoy lo haces por medio de una aplicación; ya no tienes que viajar hasta un restaurante para disfrutar de tu comida favorita, si la puedes pedir desde tu celular, hacer las compras, disfrutar de conciertos en vivo, estudiar o visitar museos, todo esto hoy lo desarrollas desde la comodidad del hogar, sin el contacto social de manera física.

¿Es esto malo? No. Lo peligroso sería que se convirtiera en una práctica diaria y te aísle totalmente de todo.

Según un estudio realizado por la UNAM demuestra que un 55% de las personas que utilizan las redes sociales se encuentran más aisladas socialmente. En algunos casos apunta el estudio, se está prestando más atención al mundo virtual que al mundo real y esto trae consigo trastornos psicológicos como la baja autoestima, timidez, fobia social, depresión y ansiedad. Cuanto más tiempo utiliza un adulto joven las redes sociales, más probable es que se sientan socialmente aislado, según revela un análisis de la Escuela de Medicina de la Universidad de Pittsburgh, en Estados Unidos. Además, hablando del tiempo que se pasa conectado digitalmente, los científicos encontraron que la frecuencia de uso se asoció con un mayor aislamiento social.

Por su parte el estudio «Aislamiento Social y Nuevas Tecnologías» realizado por el Proyecto Pew Internet and American Life concluye que el uso de las redes sociales puede tener tanto efectos positivos como negativos en el aislamiento social. En términos positivos, puede ayudar a las personas a mantenerse conectadas con amigos y familiares, incluso cuando están físicamente separados, proporcionando una plataforma para la interacción social, permitiendo a las personas compartir experiencias, intereses y emociones. Esto puede ayudar a reducir la sensación de aislamiento y promover la conexión social.

Sin embargo, el estudio también encontró que el uso excesivo del internet puede tener efectos negativos. Algunas personas pueden volverse dependientes de las redes sociales como su principal fuente de interacción social, lo que puede llevar al aislamiento físico y emocional. Además, su uso excesivo puede contribuir a la comparación social y los sentimientos de insatisfacción con la propia vida, lo que también puede aumentar el aislamiento.

En la plática sobre la cual inicie este artículo, que por cierto fue de manera presencial con una taza de café en la mano; todos concluimos que en estos tiempos la tecnología es esencial, dependerá de su uso, el que se vuelva un arma en contra de la misma sociedad. ¿Tú que piensas?

Amílcar Durán

Periodista y comunicador social de El Salvador. 

Docente Universitario  de Universidad  José Matías Delgado y Universidad Centroamericana. Especialista en producción audiovisual. 

Responsable del area de Comunicaciones de la Fundación Ciudadana por un Consumo Responsable (FCCR)

 

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