Paco Sánchez Legrán (Sevilla, 1949) es una de las personalidades más relevantes del movimiento consumerista en España. Desde el 2010 ocupa la presidencia de la Fundación FACUA para la Cooperación Internacional y el Consumo Sostenible.
Su trayectoria vital y profesional ha estado vinculada a la lucha y la defensa de los consumidores. En la década de los 70 fue uno de los dirigentes del movimiento vecinal andaluz, desde el que impulsó la creación de asociaciones de consumidores a comienzos de los 80. En 1983 promovió el nacimiento de FACUA en Andalucía, que en 2003 se constituyó como organización de ámbito estatal.
En esta entrevista, Paco Sánchez Legrán nos habla del origen de FACUA y hace un recorrido sus más de 40 años de lucha consumerista. También explica, desde su experiencia personal, cómo es este movimiento en Latinoamérica, y los proyectos en los que se encuentra inmersa actualmente la Fundación FACUA.
1. ¿Cuándo y cómo surgió FACUA como asociación de consumidores?
FACUA se origina a partir del envenenamiento masivo en España con el aceite de colza. En aquella época el movimiento vecinal, que en esos momentos era muy fuerte, pretendía representar a los afectados.
Ahí se encuentran que el gobierno de Adolfo Suárez les niega el reconocimiento institucional para que el movimiento vecinal pudiera representar a los afectados de los barrios de Madrid.
Una reacción que tuvo la asamblea nacional del movimiento vecinal fue crear una asociación de consumidores en España, una organización progresista, democrática y abierta. Yo entonces era presidente del movimiento vecinal andaluz. Se decidió crear delegaciones en toda España de aquella organización que se llamó La Defensa.
Al ver que se había paralizado el proyecto, la asociación sevillana impulsó, con las personas que ya eran miembros de la delegación provincial, la asociación de consumidores y usuarios de Sevilla La Defensa, de manera autónoma y con personalidad jurídica propia.
Poco a poco se fueron creando asociaciones en las provincias andaluzas, y así surgió la idea de crear una federación de asociaciones de consumidores y usuarios de Andalucía. De ahí salen las siglas de FACUA. De esta manera surgió ese movimiento que ya en el 2004 se convierte en un movimiento de ámbito estatal.
2. Llevas más de 40 años luchando por la defensa y los derechos de los consumidores. El camino no ha sido sencillo ¿sigue siendo necesario luchar por los derechos de los consumidores?
Esta organización surgió con la experiencia asamblearia, democrática y plural que tenía el movimiento vecinal que se ha ido debilitando o, mejor dicho, lo han ido debilitando. Era el movimiento más potente, quitando los sindicatos obreros, y por eso eso sobraba. Pero esa experiencia de lucha, de combate, de pelea y de independencia se trasladó a FACUA. Sobre todo el ser independiente de todo el mundo.
Tras la entrada en la Unión Europea y la creación de las autonomías se dio un avance bastante progresista de la defensa de los consumidores. Se hicieron normas y leyes, y nosotros incluso participamos en su elaboración. Y se avanzó.
Después, la Unión Europea se amplía a los países del este del llamado campo socialista ¿Y qué ocurre? Que en vez de aumentar el nivel de protección de los consumidores en el marco legal, los grandes monopolios empiezan a presionar. Entonces, la Unión Europea empieza a disminuir la calidad de la protección de los consumidores.
En España, hoy se está, en la realidad o en la practica, a un nivel muchísimo más bajo que estábamos, por ejemplo, entre el año 85 y el 95, cuando había un nivel de protección y defensa de los consumidores mayor que hoy. Estamos viendo cómo pese a las leyes, las normas, los decretos, los acuerdos que hay, luego los gobiernos no cumplen, sean de izquierdas o de derechas. Por eso, hoy somos más necesarios que nunca.
3. ¿Cómo surgió la idea de crear la Fundación FACUA y con qué objetivos?
En el 2009 empezamos a discutir que, como organización de consumidores, teníamos ya un bagaje importante. FACUA era una entidad seria. Creamos la Fundación FACUA de una manera muy modesta en sus inicios pensando que fundamentalmente tendría que estar financiada por las asociaciones de consumidores de FACUA.
Formamos un Patronato muy variado de personas diferentes que no tuvieran obligatoriamente una ideología determinada, sino simplemente personas de distintas sensibilidades e ideologías diferentes. A día de hoy disponemos de un local, personal propio y estamos desarrollando una labor que nos está dando un cierto nivel de prestigio.
Estamos en publicaciones de libros, participamos en una Cátedra de Consumo con la Universidad Pablo de Olavide, tenemos una escuela de formación para los cuadros directivos y profesionales de la organización y un archivo histórico de FACUA.
4. ¿Cuáles son las principales diferencias entre FACUA y las asociaciones de consumidores latinoamericanas?
En el movimiento español habría que diferenciar también a FACUA del resto de asociaciones. Lamentablemente ha habido un proceso de debilitamiento, han desaparecido ya varias organizaciones de ámbito estatal.
La mayoría del movimiento latinoamericano son grupos de activistas muy luchadores a los que nosotros estamos tratando de ayudar explicándole que no se consigue de golpe miles y miles de afiliados.
Estamos tratando de que esas asociaciones que para nosotros son ejemplares, de gente luchadora, vean que les falta algo básico, que es tener socios que aporten cuotas.
Estamos tratando de ayudar. Llevamos desde el año 2017 con este programa. Ha habido ya 19 organizaciones de 14 países que han participado en nuestra formación online sobre este tema de la afiliación. Por eso queremos que el movimiento latinoamericano empiece como nosotros empezamos modestamente en los 80.
Hoy tenemos locales abiertos en un montón de ciudades en España, decenas de compañeros que están trabajando en FACUA. En América Latina son pocas las organizaciones con personal contratado y pocas tienen locales.
5. ¿En qué proyectos se encuentra actualmente trabajando la Fundación FACUA?
Por una razón no sé si sentimental, ética o política, hemos dedicado nuestra labor de cooperación internacional con América Latina , pues los españoles tenemos una deuda histórica con dicho continente. Dentro de FACUA, yo influí más que nadie en ese tema, porque me siento más “latinoamericano” que europeo a pesar de ser un latino europeo. Yo entendí que había que ayudar a América Latina. Por eso la cooperación internacional juega un rol importante en nuestra fundación, una labor y una actividad que inició FACUA.
En el año 2017 pusimos en marcha dos grandes iniciativas. Una financiar a una fundación chilena, que hoy día es ya latinoamericana y caribeña. La Fundación Ciudadana por el Consumo Responsable (FCCR) es una organización de la que nos sentimos muy orgullosos porque ha logrado grandes éxitos.
También hemos puesto en marcha un proyecto de intercambio de experiencias para fomentar la sostenibilidad económica de las asociaciones y la institucionalización. En esta iniciativa han participado ya 19 organizaciones de 14 países de las que nueve han visitado nuestra sede, y se prevé que vengan otras cuatro durante el último trimestre de 2023 y el primero de 2024. Fue en el año 2002 cuando FACUA comenzó a financiar proyectos en bastante países.
Antes tuvimos un proyecto de gran dimensión en Cuba. Nosotros empezamos en el año 84 y hemos ayudado a que en Cuba haya normas de protección de los consumidores, haya oficinas de protección de los consumidores o haya una Dirección Nacional de Protección a los Consumidores. Hemos hecho una labor humanitaria muy importante independientemente del gobierno, que a unos le gustará más y a otros le gustará menos.
6. El programa de colaboración que desarrolla la Fundación FACUA en Latinoamérica permite cada año que algunos presidentes y presidentas de organizaciones de estos países visiten España y conozcan el funcionamiento de FACUA en primera persona. ¿Qué es lo que más les sorprende o les llama la atención en estas visitas?
Lo primero que admiran es Sevilla como ciudad. Yo tengo la mala costumbre, como seguramente le pase a la mayoría, de no valorar la ciudad en la que vivimos. Todo el mundo nos habla muy bien de Sevilla.
Luego, cuando llegan a FACUA, se quedan sorprendidos de lo que es FACUA. Ellos han oído hablar de FACUA, pero cuando ven todo lo que tenemos aquí y ven en todos los territorios donde tenemos sede, se sorprenden. Porque caen en el error de pensar que algo así es imposible en su país. Yo siempre les digo que no. Que se olviden de lo que hay actualmente y se acuerden de un Paco Sánchez reunido con ocho, nueve o diez personas en un edificio en ruinas que nos cedió el Ayuntamiento. Empezamos yo como directivo activo en los distintos frentes de trabajo y una persona atendiendo a público. Eso era FACUA. A partir de ahí fuimos creciendo.
Cuando nos visitan intentamos que crean que si se quiere es posible, y que el que dice o cree que no se puede no lo logra.
La clave está en ser útiles a la ciudadanía. Tienen que ofrecerles servicios y apoyo a la gente. Ellos reclaman cosas de manera colectiva. Les hacemos ver que tienen que defender a las personas, no sólo los casos mediáticos o rimbombantes.
Ese es nuestro modelo. La gente viene para que le ayudemos aprovechando nuestra fortaleza. FACUA es una fuerza, en muchas ocasiones arregla problemas sólo con decir el nombre.
7.Y a ti, ¿que es lo que más te ha sorprendido cuando has visitado a estas organizaciones en sus respectivos países?
Por ejemplo, cuando yo estuve en la sede de Aspec, en Perú, me impresionó las maravillosas instalaciones que tenían. En aquella fecha, en 2002, eran mejores que las nuestras mil veces. Yo hablaba con el presidente y le preguntaba que cuantos socios eran, y me decía que 30 o 40. Obviamente este caso es una excepción.
Lo que realmente más me ha sorprendido es el nivel de lucha y combate que tiene la gente allí. Son verdaderamente ejemplares. Los debates que tenían y la cantidad de organizaciones de consumidores que había, aunque ahora se han debilitado en una buena parte al disminuir al ayuda internacional.
Aunque donde más he estado, por una razón sentimental e ideológica, es en Cuba. Me presenté en el 84 y he conocido toda la historia de la evolución que se ha dado en el país. Me he reunido con empresarios, ex ministros, gente que no estaban de acuerdo con el gobierno, etcétera. En Cuba no hay organización de consumidores. En cierto modo, desde FACUA ayudamos a impulsar la protección de los consumidores en dicho país.
Francisco Sánchez Legrán
Presidente de la Fundación FACUA
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